Hoy, vamos a los Jardines de la Torre de las Aguas, en el Eixample, en la calle Roger de Llúria, ubicado dentro de una de las manzanas del barrio.
Llegamos en metro, justamente con la L4, hasta la parada de Girona.Ahí nos dirigimos a los Jardines, y esperamos pacientemente, cómo siempre ocurre, el otro grupo llega algo tarde.
Vemos en la entrada la inscripción que da al Jardín de las Aguas.
Para matar el tiempo, jugamos un rato a dar la vuelta a la torre que se muestra ante nosotros, solitaria.
Y también nos subimos a los escalones, que hay a un lado del jardín.
Viene la guía y esperamos a que venga el otro grupo para poder dar inicio a la ruta guiada.
Cuándo llegan, la guía empieza a explicar un poco la situación del Jardín de la Torre de las Aguas.
Y con ayuda de planos de la ciudad y planos de arquitectos, que compitieron para diseñar el Ensanche de Barcelona.
Eran proyectos de gente de la burguesía-modernista catalana. En un principio, se iba a seguir con el plan de Ildefonso Cerdà, un plano de la ciudad, con jardines, y que estaban configurados para que los tranvías de la época pudieran pasar entre las manzanas.
Algo que más adelante, se descarta y se aprueba los planos de Rovira y Trias, un proyecto más acorde al estilo de vida de los burgueses de la época.
Plano de Barcelona, por Ildefonso Cerdá
El Plan Cerdá
La obra más importante y más reconocida internacionalmente es su plan de ensanche para la ciudad de Barcelona. Nacido en medio de la polémica por su imposición desde el gobierno de España en contra de la voluntad del consistorio municipal, fue aprobado en junio de 1859 y se empezó a desarrollar un año más tarde.
Este plan de Cerdà, destacaba por su capacidad para oxigenar la ciudad entre calles, y por su espacio para las vías. Era un plan, diseñado para que los trenes, tranvías pudieran circular principalmente por las calles, además, Cerdà se ocupó también de que hubiera un sistema de alcantarillado, para que la ciudad se mantuviera limpia.
La peor noticia de todas, fue que se le negaron muchas cosas, incluso la aprobación del plan para la ciudad.
Además, de difamarlo de muchas maneras.
Excepciones a la regularidad del plan
Hay que mencionar especialmente el diseño del Paseo de Gracia y de la Rambla de Cataluña donde, con el fin de respetar el antiguo camino de Gracia y la vertiente natural de las aguas –de aquí el nombre de rambla–, trazó sólo dos vías consecutivas de anchura especial cuando en realidad, atendiendo al tramado de 113,3 m. tendría que haber tres calles. Además, el Paseo de Gracia, con el fin de respetar el antiguo trazado, no es exactamente paralelo al resto de calles, por lo cual las manzanas existentes entre las dos vías mencionadas, si bien son de diseño ortogonal con chaflanes, presentan irregularidades que les dan forma de trapecio.
A todo eso hay que añadir la presencia de algunas vías de carácter especial que no siguen el trazado reticular sino que lo atraviesan en diagonal, como la misma avenida Diagonal, la Meridiana o la del Paralelo, y otras que fueron trazadas respetando la existencia de antiguas vías de comunicación con los pueblos vecinos.
Acabamos con la parte visual de la práctica y nos levantamos para dar paso a la ruta guiada por el Eixample, y visitar desde fuera los principales edificios de aquella época burguesa-modernista.
El pasaje Permanyer, la "manzana de la Discordia" que componen la casa Lleó Morera de Dómenech y Montaner, casa Amatller por Puig y Cadafalch y la casa Batlló de Gaudí.
La casa Thomas y el Palau Montaner, ambos de Lluís Domenech i Montaner.
Y visitamos algunos cuántos edificios más, de los cuáles ahora mismo, no me acuerdo exactamente...
Bueno, lectores, hasta la próxima entrada.
Un saludo.
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